miércoles, 1 de mayo de 2013

III Conferencia IV Cohorte PECONZUL Disertación sobre Adolfo de Pool



Empezamos esta disertación con las palabras del Tesista y futuro sacerdote David Martínez Aponte: 

“El Maestro Adolfo fue un artista, un músico excepcional, pero sobre todo un cristiano a carta cabal... ¿Cuántos de nosotros conocemos que él ya era popular en la ciudad poética? Mucho antes de ser galardonado con el Himno de la Coronación de la Chiquinquirá, era reconocido por su labor como director de grupos de adoración a Jesús Sacramentado: En Santa Bárbara, Santa Ana, el Convento de San Francisco, en Las Mercedes, en la Basílica... ¿Cómo no saber de él? La gente lo conocía; sus obras musicales descubren su camino eclesial, la Iglesia toda ha sido la destinataria de su valiosa música. A través de sus obras musicales, este hombre humilde, supo abrazar junto a María, la Santísima Madre, al Hijo que nos trae la alegría de la salud. 

Adolfo de Pool fue un verdadero cultor del folklore zuliano, pero lo que más llama la atención, es que su obra ha sido inspirada por la piedad cristiana. Es el “pintor musical de la Virgen”, sus composiciones están imbuidas del Espíritu cristiano”.

Cuando investigamos en la Historia de Maracaibo, observamos que en 1942, no hay un evento más importante que la Coronación de la Virgen de la Chiquinquirá. La revista SIC anunció el suceso como un logro del Monseñor Arturo C. Álvarez , Obispo de la Diócesis del Zulia, el 16 de julio de 1917. Sin embargo, debido a la 1ra. Guerra Mundial y a la construcción del nuevo santuario (actual Basílica de la Chiquinquirá), el acontecimiento tuvo que ser postergado hasta el 18 de noviembre de 1942. Para ese entonces, Monseñor Godoy sería el Obispo de turno en la Diócesis de Maracaibo y como tal se abocó a la realización de actos especiales, los cuales, comenzarían una semana antes: 

“Un congreso catequístico nacional preparará el Acto de la Coronación. Sin duda a las reuniones de estudio del Congreso, se sumarán ejercicios religiosos que dispongan los espíritus para la lluvia de gracias celestiales que la Medianera de todas las gracias hará descender sobre la Ciudad del Lago el 18 de noviembre de 1942. (...) SIC, Año 5, Nro. 48, Tomo 5. 

La Coronación debe marcar una fecha inolvidable de sólida renovación en la historia de la piedad cristiana y en la severidad de costumbres de los ardientes y generosos hijos del Zulia.” 

Y es en el marco de este sagrado momento de la Coronación en el que sale a relucir el nombre de Adolfo Enrique de Pool Rodenas; músico e intérprete, compositor, arreglista, compilador de piezas zulianas, gaitero, coreógrafo, constructor de pianos y pianolas, catequista, pero sobre todo, un fiel devoto de la Virgen de Chiquinquirá, que supo demostrar con su trabajo artístico, su amor infinito plasmando las notas del Himno “Gloria a Ti”; composición elegida para representar el emblema musical de la Patrona Espiritual del Estado Zulia.

Este Ilustre zuliano, nació en la Ciudad de Maracaibo en enero de 1881. Hijo de Jacobo Zenón de Pool Schubert y Leonor Anacleta Rodenas. Recibió de su padre educación musical y junto con sus hermanos formaban una orquesta con instrumentos tales como clarinete, mandolina, piano, violín y flauta, la guitarra y el cuatro. Desde joven fue profesor de música, y ejerciendo su profesión, conoció a la que sería su esposa de toda la vida: María Magdalena Melo; quien ejecutaba el piano y la mandolina a la perfección y con una rapidez impresionante. Para ella escribió Udón Pérez unos versos dedicados especialmente:



Es digno de mención al llegar a este punto, el Maestro Alejandro de Pool Rodenas, hermano y mejor amigo de Don Adolfo de Pool, compositor, arreglista, prócer del Municipio Mara del Estado Zulia, a quien se le deben muchos reconocimientos por sus múltiples servicios para con la Comunidad marense. Otro Ilustre que debe ser tomado en cuenta para ser inhumado en el Panteón Regional del Estado al cual sirvió con abnegada dedicación.

El joven Adolfo profesaba una fe que rayaba en el misticismo, como lo demuestra su obra “Alma mía”, creada en 1906 como pieza sacra dedicada al Santísimo Sacramento del cual era cófrade militante; “Tengo sed”, cántico que describe al Cristo moribundo, y muchas otras piezas de corte religioso que compuso siempre dedicadas a Grupos apostólicos o a personajes importantes del Clero del Estado Zulia, como es el caso del Monseñor Arturo Celestino Alvarez; quien lograra en 1917 la venia del Vaticano para poder coronar a la Chinita como Patrona del Zulia.

Actualmente, hay un trabajo de Tesis de grado sacerdotal que realiza el joven seminarista diocesano antes nombrado, David J. Martínez Aponte, el cual versa sobre toda la obra musical sacra del Maestro de Pool y que está además, espléndidamente asesorada por el Monseñor Gustavo Ocando Yamarte, reconocido historiador y benefactor del Estado Zulia. Gracias a este trabajo de investigación sabemos que Adolfo de Pool fue bautizado en la Parroquia “Gloriosos San Pedro y San Pablo” de la ciudad de Maracaibo, el 6 de abril de 1881; así como otros muchos datos importantes de su existencia.

A propósito del Monseñor Ocando, en su libro Historia del Zulia, asienta que “Adolfo de Pool fue un artista múltiple (...), era pianista, docente, excelente músico y que tenía la conciencia de introducir la Música, a través del canto como materia obligatoria en las escuelas de Primaria o de Educación Básica”. 

En los textos de Alejandro Fuenmayor, se puede encontrar varios de sus himnos, entre ellos uno a Bolívar que comenzaba: “Héroe inmortal Libertador que en tu gloria nos inflamas, que nos cubres con tu fulgor”.

No solo fue investigador, sino que además, aportó a la investigación. Matos Romero en su libro Maracaibo del Pasado, lo menciona entre las diferentes personas que han suministrado información a su libro”.

“Adolfo de Pool fue un compositor fecundo, apasionado por todas las manifestaciones artísticas en general. Esto lo hizo un impulsador y propulsor de toda manifestación de noble música, de variedades y artísticas. No solo fue maestro de piano, sino además, cultor del folklore zuliano. Su ciudad ha sido inspiración para él”, refiere al respecto el historiador Manuel Matos Romero en la obra antes mencionada publicada en 1967. 

Pero además, Adolfo de Pool comandaba obras de carácter social como la atención a las Comunidades indígenas aledañas a Maracaibo a las cuales dispensaba medicamentos, comida y vestidos junto a los Caballeros de San Ignacio o a los Terciarios de San Francisco. Fue uno de los devotos de la Virgen que recogió pedazos de oro y donativos en metálico para comprar el Reloj de la Basílica durante su construcción y así mismo para la Corona de la Virgen de la Chiquinquirá. Siempre ligado a las actividades litúrgicas compuso aguinaldos dedicados al Niño Jesús con diferentes ritmos, Villancicos y Serenatas a través de los cuales se vislumbra la constancia de su fervor, su catolicismo, su inmensa fe cristiana. “Niño Divino”, “En Belén a Medianoche” , “La Ronda”, “Niño hermoso”, “Al Portal”, son solo algunos entre muchos que interpretaba todos los años en Navidad su hija Cecilia, ella se dedicó desde siempre a registrar, difundir y a interpretar la obra musical del Maestro de Pool. 

Cecilia de Pool de Arias, legionaria de María, catequista, pintora y “cultora de muchos oficios relacionados con las artes plásticas y la Música”, como reza en su página virtual, se constituyó desde siempre como la depositaria de la obra de Adolfo de Pool después de su muerte en 1971, hecho que sucede en su casa de residencia, cuando el Maestro contaba ya con 90 años. Es así como su obra musical queda resguardada por su hija, en Vista Alegre, Caracas, hasta su deceso en marzo del año 2005, fecha en la cual queda bajo la custodia de Yleana e Irama Arias de Pool.

Cabe señalar que la obra del Maestro ha sufrido pérdidas a lo largo del tiempo, debido a robos, a extravíos de mudanza, tanto en Maracaibo, como llegando a Caracas, por lo que se cuentan más o menos como 70 piezas registradas, proceso realizado por Cecilia de Pool. El Maestro de Pool, nunca registró ninguna de sus piezas en vida y hacía sus copias a mano, con una caligrafía hermosa que se empeñaba en lucir con cada composición. 

Es a través de Cecilia que se inicia la difusión de la música de Adolfo de Pool, cuando se le hace llegar al Dr. Jesús Sevillano, la partitura de la Danza zuliana “María Cecilia” y decide que formaría parte del repertorio de una de sus producciones discográficas de los setenta. 

En los ochenta sucede otro tanto con “El Cuarteto” que interpreta además de “María Cecilia”, la Danza “Vaivén” o conocida también como “Márjorie”. Saúl Vera y su Ensamble hacen sonar algo más tarde a “María Cecilia” de nuevo, y también el Ensamble Gurrufío, quienes nos deleitaron con su fresca y magnífica versión de “Vaivén”. 

Afortunadamente, la misma pieza que fuera la primera publicada es ahora interpretada por aquel al que llaman “el Músico de Venezuela” Ilan Chester. María Cecilia, sin duda es una pieza altamente cotizada entre los artistas vocales. Su letra fue creada por la Dra. María Teresa de Pool Weir, nieta del Ilustre Adolfo, actualmente residenciada en Barquisimeto, Estado Lara, y quien nos acompaña momentáneamente en nuestra corta estadía en Maracaibo.

Hay algo en todo esto, que además de interesante, podría ser preocupante. Y es que en 40 años o más, tiempo que ha pasado desde que muere el Maestro, son solo 2 las piezas, que se han dado a conocer a través de la discografía; cuando ya en 1940, existían 2 piezas musicales grabadas en Estados Unidos por la Columbia Orchestra: El joropo “Antonio Eugenio” y el Vals “Hora Selecta”. Esto indica que ha habido un gran estancamiento de la difusión de su obra, hasta la fecha de su inhumación en 2012, en la cual la Banda Bolívar de Conciertos de Maracaibo, dirigida magistralmente por el Profesor Lucidio Quintero Simancas, interpreta un Recital en homenaje al Maestro de Pool en la Casa de Morales, donde incluye piezas inéditas como “El Grillo”, “Adios”, “Yride”, además de las ya conocidas “Vaivén”y “María Cecilia”. 

Lo que preocupa es que habiendo tantas composiciones, aproximadamente 70 registradas, no exista una publicación discográfica de sus piezas, aún cuando fueran las más importantes, a saber, el Himno de la Coronación de la Chinita, los aguinaldos, los valses, contradanzas, danzas y otros géneros cultivados por el autor. 

Sin embargo, podemos comentar con agrado, que un historiador tan importante como el Monseñor Gustavo Ocando tiene en mente la realización de una investigación cuya finalidad es el desarrollo de una obra de carácter histórico en relación con el objeto de nuestra conferencia. Un libro sobre su vida y su obra. Algo que su biógrafo, Ostilio Arias soñó muchas veces, aquel a quien se le debe la primera impresión en papel de obras como “La Libertadora” (de Silverio Añez), “El Almirante”, “Yride” en Grabados Nacionales allá por los años sesenta. Aquel que fue su yerno y que siempre le profesó devoción respeto y admiración, el mismo que vaticinó su carácter de Hijo Ilustre del Zulia.

Esperamos sinceramente que se recauden el número y calidad de datos suficientes para llevar a cabo tan valiosa contribución a la Historia Musical del Estado Zulia y de Venezuela, porque el Maestro de Pool dedicó su tiempo como compositor a crear música de casi todos los rincones de este país. Entre su repertorio encontramos gaitas, pasajes y joropos, merengues y guasas que bien pueden representar con propiedad diferentes zonas de nuestra geografía. 

Por lo antes mencionado, es menester que la obra de este insigne ciudadano sea resguardada, reproducida, interpretada y difundida de manera que su gran legado artístico, no se llegue a perder por el paso del tiempo, la falta de atención o por sustitución por géneros de otras latitudes con su consecuente desaparición en los espacios mediáticos y/o audiovisuales.

No en balde el Diario La Columna de Maracaibo reseñó la noticia, en tiempos de la Coronación de la Chinita:

“El maestro de Pool es uno de nuestros auténticos valores en el arte musical, de piezas de fácil ritmo y también exquisito cultor del clasicismo en robustas composiciones que destacan su exquisito sentimiento artístico. Por eso ha conquistado bien merecidos lauros en reñidos certámenes. Sabemos que pronto se empezará una campaña de divulgación de la música del referido Himno para el aprendizaje general, a fin de que el Zulia entero pueda cantarlo en los próximos festejos marianos como un solo corazón y una sola alma vibrantes de emoción y de amor ante la Augusta Reina y Patrona. Aprovechamos esta oportunidad para reiterar al amigo de Pool, activo legionario de la Prensa Católica, nuestras efusivas congratulaciones”.

Efectivamente, Adolfo de Pool presentaba sus obras en concursos, tales como aquellos organizados por el Club de Comercio de Maracaibo, donde siempre obtuvo galardones por sus valses, danzas y contradanzas. Es célebre la anécdota del barbero quien le pide una pieza al Maestro para presentarla como suya en un certamen y ganó así el monto en dinero que necesitaba para pagar sus deudas. El abuelo era así: Desprendido y profundamente caritativo. Nunca le importó que la pieza fuera reconocida como de otro autor, de tal magnitud era su humildad, su disposición de ayudar al prójimo.

Su obra como tributo familiar

El Maestro de Pool Rodenas amaba entrañablemente a su familia y una prueba de ello está en las piezas musicales de diferente género que dedicaba a sus nietos al nacer. María Cecilia, Iride (vals), Teresita (mazurca), Yleana (barcarola), Yrama (danza), Márjorie (danza), Eugenia, Josefinita (valses), Rosario (danza) y otras muchas que construía en honor a sus sobrinos, para celebrar eventos como fiestas de compromiso, matrimonios, nacimientos. “El abuelo sentía la inspiración con cada despertar de la vida” y así lo demostró hacia su querida prole familiar.

Es necesario al llegar a este punto, mencionar una gran pérdida que sufrió en 1924. La epidemia de Tifus cercó la población venezolana y resultó afectada Carmen Dorotea, la hija mayor del Maestro. Todos los esfuerzos para su recuperación no fueron suficientes y la niña murió a los 11 años víctima de las mortales fiebres que azotaron nuestro territorio. El compositor sintió la pena más profunda de su vida, pues era Carmencita quien lo acompañaba en todas sus actividades parroquiales; quien además fue adornada con sentimientos cristianos y una rara vocación para su edad: Ser religiosa y dedicar su vida al prójimo y a Dios. 

A ella, a Carmen Dorotea, fue dedicado el vals “Carmencita”, de tres partes; premiado en el antes mencionado Club de Comercio de Maracaibo. El Maestro de Pool conservó con tristeza y una gran nostalgia el cuadro que resguarda su fotografía de Primera Comunión, objeto que guarda su nieta Irama desde que muere su hija Cecilia de Pool, así como todas las manifestaciones de pésame que le fueron dispensadas por aquellos días aciagos durante los cuales lloró amargamente su desaparición física.

Otra de sus pérdidas familiares fue Rafael Arturo, el más pequeño de sus hijos, quien muere repentinamente antes de cumplir el año de edad. “Rafaelito”, un pasodoble de dos partes le fue dedicado el día de su nacimiento y será interpretado en el recital que da continuidad a esta disertación que nos ocupa. Tampoco debe olvidarse el Vals dedicado a Carmen Leonor, otra de sus hijas que muere por enfermedades de aquella época y cuya ausencia marca la vida del Maestro. 

La Familia de Pool 

La Familia de Pool tiene sus orígenes en Holanda. Jacobo Gabriel de Pool llegó de los Países Bajos hasta Curazao acompañado de su esposa María Isabel Schubert y dos de sus hijos: Alejandro Saturnino y Jacobo Zenón de Pool Schubert; siendo este último, el padre de Adolfo, Jacobo, Neftalí, Alejandro, Arturo, Gustavo, Elena, Angela, Isabel y Rebeca de Pool Rodenas.

La historia nos lleva a intuir que Jacobo Zenón de Pool Schubert se instala en Maracaibo donde contrae nupcias con Leonor Anacleta Rodenas, dama de la alta sociedad maracaibera de aquel entonces y ejerce su oficio de fabricante de velas y jabones, mientras instruye a sus hijos con las enseñanzas musicales que en otrora, recibió de sus profesores en Europa.

María Isabel Schubert, tiene su origen en el actual Liechtenstein y se dice que fue sobrina de Franz Schubert, el archifamoso compositor de tantas obras sacras y clásicas, maestro de Capilla, como Adolfo, quien muere como muchos personajes de su época muy joven, a la edad de 32 años sin dejar descendencia. De ella sabemos que fue sepultada en el Cementerio de Curazao, aporte histórico logrado por el amable Victor Veefkind y su esposa Sheila Reyes desde Delft, Holanda, grandes amigos de nuestra familia.
Adolfo de Pool y Magdalena Melo vivieron en distintos domicilios alquilados porque nunca compraron vivienda propia en la ciudad de Maracaibo. Llegaron a cumplir más de 60 años de matrimonio y tuvieron 8 hijos: Carmen Dorotea, Carmen Leonor, Rafael Arturo, Margarita, Adolfo, Francisco, Consuelo y Cecilia. Todos fueron criados en la fe cristiana, y como se dijo anteriormente, los tres nombrados primeramente no sobrevivieron a los embates de la época; mientras que los otros cinco hijos fueron prolíficos y le prodigaron muchos nietos a los cuales siempre trató con inmenso amor de padre, especialmente a los hijos de Margarita: Eduardo, María Cecilia y Carmen Amelia a quienes levantó como si fueran suyos, a quienes les inculcó directamente todos los valores que consideraba importantes para su vida: Honestidad, religiosidad, entereza, responsabilidad, humildad, estudio, rigurosidad.

No podemos dejar de mencionar a Josefina Bohórquez, a quien llamábamos cariñosamente “Pina”, también conocida como la mano derecha del Maestro Adolfo, una santa mujer de origen Wayuu que lo acompañó durante toda su vida y quien lo ayudó a criar no solo a sus hijos sino a varios de sus nietos. Una trabajadora incesante, el ser indispensable que constituyó para él un apoyo esencial en su vida familiar. A ella dedicamos también las palabras que pronunciamos en este sagrado recinto en honor al Ilustre “pintor musical de la Virgen”. 

Consideración final

Finalmente, después de 70 años, a 4 décadas de su muerte, Adolfo de Pool recibe su segundo gran reconocimiento : La Inhumación en el Panteón Regional del Zulia. Estos actos fueron compartidos con los de otros dos grandes ciudadanos zulianos: Julio Arraga y Manuel Puchi, dos artistas, dos Maestros, dos amigos con los que en su tiempo realizaba tertulias el “Ilustrado Maestro de Pool”. Y así como los amigos que siempre fueron llegaron juntos a este santo sitio final, donde descansan junto a próceres de la talla de Venancio Pulgar, José Antonio Cháves, Ricardo Aguirre o Rafael María Baralt. Una exaltación más que merecida, por largo tiempo esperada y que gracias a los esfuerzos de personas como Angélica Reyes de Vílchez, actual Directora del Panteón Regional y a los miembros de la Junta de Honores del Panteón, se ha llevado a cabo con patriótico empeño y por lo cual nos sentiremos siempre, nosotros los familiares, eternamente agradecidos. 

Aprovechamos la oportunidad que nos brinda este bellísimo Programa de Personas Consagradas al Zulia (PECONZUL) para agradecer una vez más a todas aquellas personas que hicieron posible los actos de Inhumación en agosto de 2013, acontecimiento que representa para nosotros como familia, el más alto reconocimiento de que fuera objeto nuestro amable antecesor. 

Saludamos cordialmente a todos los que nos acompañan en esta la III Conferencia de PECONZUL y los invitamos a quedarse con nosotros para disfrutar de un recital de música inédita del Maestro Adolfo de Pool, el cual preparamos con mucho cariño para todos ustedes. 

Gracias por su atención.


Las Piezas a interpretar en el Recital


Triste y Solitario (Vals) Letra: María Teresa de Pool Weir

Yrama (Danza)

Rafaelito (Pasodoble)

Noche de Luna (Vals) Letra: María Teresa de Pool Weir

La Linda (Contradanza)

Vaivén (Danza)

Los Girón (Pasodoble torero) Letra: Yleana Arias de Pool.

Osvaldo Mansito interpreta "Triste y solitario", vals de Adolfo de Pool.

Los intérpretes

Yleana Arias de Pool    Mandolina y arreglos
Yolanda Ramírez Melgarejo    Guitarra
Herman Macías    Bajo
Irama Arias de Pool    Cuatro 

Los cantantes
Osvaldo Mansito  "Triste y solitario"
María Teresa de Pool Weir   "Noche de Luna"
Luisa Teresa de Pool Urdaneta   "Los Girón"

Luisa Teresa de Pool Urdaneta, sobrina del Maestro Adolfo de Pool, interpreta "Los Girón"
pasodoble de tres partes dedicado a los hermanos Girón, grandes toreros venezolanos.
María Teresa de Pool Weir interpreta "Noche de Luna" , vals de tres partes.

Agradecimientos especiales a Danilo Alexis Angulo por su asesoramiento lleno de inmensa solidaridad. También a Matteo Daino por todos sus esfuerzos para hacer realidad los ensayos del grupo musical durante el mes de abril. Gracias mil. 

Agasajo en el Museo Arquidiosesano de Maracaibo,
luego del recital de Música inédita del maestro Adolfo de Pool.
Gracias al personal del Museo Arquidiocesano de Maracaibo por tantas atenciones después de los actos. Los recordaremos siempre.